sábado, 29 de octubre de 2016

Entrevista con Miguel Cohan, director de Sin Retorno


Entrevista publicada en la Revista El Karma de Vivir al Sur
Miguel Cohan, a punto de tomarse un avión rumbo a España donde estrenará Sin Retorno, dice con sinceridad que todo lo sucedido con su película lo agarró por sorpresa: “La película para nuestro medio tiene un presupuesto interesante. Sobre todo para la opera prima que yo imaginaba hace 4 años cuando empezamos a escribirla con mi hermana. Tiene una producción más importante de lo que imaginé.”
La historia de este joven director argentino tiene un punto de partida muchos años antes. Durante once años Miguel fue la mano derecha de Marcelo Piñeyro. Juntos grabaron Cenizas del paraísoPlata quemada, Kamchatca y El método. En conjunto trabajaban la idea inicial, luego el guión, el armado de la película, el rodaje, la postproducción y el lanzamiento.
“Sin duda haber trabajado tantos años con Marcelo me formó tanto o más que la universidad de cine a la que fui – Universidad del Cine -. Hay una relación muy directa de mi estética, o por lo menos de esta película, con lo que hace Marcelo”, aclara. “Probablemente una persona externa puede encontrar concretamente dónde está esa relación”, se le escucha decir de este lado de la línea telefónica.
Nos pidió que lo llamemos por la mañana, ya que la película se estrena en esa semana en la madre patria y él está pronto a cruzar el océano. Se trata de su ópera prima, como la sección de cine de esta flamante revista, en el viejo continente lo esperan rondas de prensa en Barcelona, en Madrid y en Alicante. La película sale a las salas con 80 copias en todo el país. “Muchas copias para una ópera prima, una semana agitada”, predice Cohan.
Dos años después de haber comenzado a pensar la película, el guión ganó un premio que fue clave para la suerte del film. “Aquél premio hizo que la película llamara la atención. Estas dos productoras se interesaron en él, que es lo único que yo tenía para ofrecer, porque ellos no tenían forma de saber como yo iba a dirigir la película. Así que en ese sentido el guión es el culpable de todo.”, aclara.
Las actuaciones son uno de los puntos fuertes de Sin RetornoLeonardo Sbaraglia, Federico Luppi y Martín Slipak – este último, a nuestro criterio, revelación de la película – comparten cartel. “A Leo lo conocía de otras películas y tenemos una relación “, dice Miguel, “pero con el personaje de Federico Luppi, – un padre que pide justicia por la muerte de su hijo en un accidente – nos pasó una cosa curiosa. Cuando el productor español leyó el guión daba por sentado que el personaje estaba escrito para Luppi. Cuando me lo dijo, fui a mi casa y me di cuenta que tenía razón, que habíamos pensado acciones y tonos pensando en Luppi pero sin darnos cuenta”. Con respecto al personaje de Slipak, quizás el más complejo y difícil de actuar, decidió buscarlo por casting. “Sabíamos que era un papel difícil para un actor tan joven. Sin embargo, desde los primeros casting lo empecé ver a Martín en el personaje, y la verdad que no me defraudó”.
Sin retorno es un policial que logra mantener la tensión desde la primera escena. Primero, cuando todavía no hay imágenes, suena Post Crucifixión de Pescado Rabioso –elegida por la hermana de Miguel-. La fuerza que transmite la canción no baja en todo el film. Vidas que se cruzan, destinos que se tuercen y la moral que mira para otro lado. Sin embargo, el director se cuida de aburrirnos con moralejas. Por el contrario, deja a los espectadores el ejercicio de pensarnos como individuos y como sociedad.
Un accidente de autos desencadena las acciones. Las culpas se comparten. Los tres son víctimas y responsables: un ciclista descuidado, un padre de familia que maneja su auto mientras habla por celular y que no ayuda al pibe que casi atropella por centímetros y un chico de clase media alta que mata con el auto de su padre y, asustado e influenciado por un amigo, abandona el cuerpo y huye. Este hecho desencadena un huracán de situaciones que mantuvo a quienes escriben ésto al borde la silla. Uno de nosotros perdió pelo, el otro comió cerca de cien uvas blancas.
No hay una definición de justicia que quiera transmitir”, plantea Miguel y redobla la apuesta: “De hecho la película no transmite demasiadas certezas, al contrario, creo que más que nada plantea problemáticas de difícil solución. Un ejemplo son los personajes de los padres de Matías (Martin Slipak), que descubren que su hijo mató y huyó. A nadie creo que se le pasaría por la cabeza en el momento ir y entregar a su hijo para que vaya preso. En ese sentido lo que buscamos son esas zonas donde si uno encuentra justicia seguro no va a ser justa para todos. No tenemos una propuesta concreta de cómo debería ser sino de mostrar cómo termina afectando a todos los personajes”.
En el marco de la justicia, la película transcurre a los límites de la ley. Para quienes no conocemos el tema a fondo las dudas respecto de cómo actuaría la justicia ante cada situación son ineludibles. En cambio Miguel tiene claro el accionar legal: “Hicimos muchísima investigación. Trabajamos constantemente con dos secretarios de distintos juzgados que nos atendían el teléfono todos los días, nos ayudaban con cualquier duda o con el armado de la película; hay un trabajo muy cuidado de las cuestiones legales que se tocan en el guión y en el rodar de la película”.
Al ver la película no se puede dejar de pensar cuál sería su reacción, desde el lugar de alguno de los personajes, y cuál sería la nuestra: “fuimos perseverantes en tratar de entender a los personajes en cada situación, en tratar de ponernos en su punto de vista y entender porque ese personaje actúa de esa manera. Y buscando eso lo que producen las escenas, es que al ver el accionar de un personaje, uno entiende y por qué y tiende a identificarse. Ahora cuando está haciendo algo en lo que uno no esta de acuerdo, se produce una cosa muy rara en el espectador, y es lo que de una manera buscamos, esa identificación un poco conflictiva”, explicó el ex-asistente de Piñeyro.
El trabajo hecho por Cohan, su hermana, la producción, actores y demás da por resultado una película que es recomendable ver con la mente abierta, dispuesto a analizar y pensar las situaciones.
Antes de despedirse Miguel tuvo tiempo para echarle un vistazo al futuro: “Con mi hermana, repitiendo la fórmula, estamos pensando en la próxima. La diferencia es que antes en lo único que pensaba era en Sin Retorno y ahora tengo que pensar en Sin Retorno y en la próxima. Poco a poco vamos avanzando con este nuevo proyecto. Espero que esta vez me lleve menos de 4 años armarla”.
Las personas que firman esta nota, esperan que lo logre así no hay que esperar cuatro años para la próxima. Para cerrar a lo Sin Retorno con Pescado Rabioso: siento presagios de lo que vendrá.
Sebastián Pujol – Sergio Delbreil

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