viernes, 28 de octubre de 2016

¿La ribera en vías de extinción? Problemas ambientales en San Isidro




Los accesos al río en San Isidro son cada vez menos accesibles para el ciudadano común. Entre escombros, privatización, contaminación e indiferencia, la costa tal y como una vez fue, tiende a desaparecer. Ribera para todos o negocio para pocos.



Parque negocio.
Un relevamiento realizado por una ONG en 2002 determinó que el espacio público de la ribera del Río de La Plata en el partido de San isidro es tan solo del 35%, el equivalente a aproximadamente 3000 metros, contra el 65%, 5500 metros, restante de superficie privada. Dentro de estos 3 kilómetros de costa pública del partido solamente 200 metros, donde se encuentra La Reserva Municipal Refugio Natural Educativo Ribera Norte, mantiene la flora y fauna original de la zona.
Cuando en 1982 se dictó la ordenanza municipal 5824, la cual define el parque de la ribera como todo aquel terreno que no se encontrase loteado entre el río y las vías del ferrocarril, aproximadamente el 80% de la superficie era de libre acceso. En dicha ordenanza, que nunca fue derogada, se especificaba la prohibición de ocupar este espacio con fines comerciales. En 20 años la población de San Isidro perdió el 40% de su espacio con vistas al río más ancho del mundo.
Antonio Musso, vecino de Villa Adelina e integrante de La Red de la Ribera, ONG que nuclea a una decena de organizaciones ecologistas, afirma que estas tierras se entregaron mediante “leyes, decretos, tenencias precarias o comodatos, los cuales son, en algunos casos, de por vida, convirtiéndose de este modo en regalos que hace el municipio mediante títulos limpios y títulos non santos”. Aclaró a su vez que no hay un lugar físico donde poder hallar estos contratos ya que nunca se hizo un trabajo sistemático para dejar constancia de los archivos.
Así mismo afirma que en las zonas dedicadas al esparcimiento solo se puede edificar un 5% del terreno, según el Código de Ordenamiento Urbano, construcción que debe estar relacionada con el objetivo final, que es el del esparcimiento. “Si se respetara la ordenanza muchos de los actuales locales, quienes son en realidad intrusos en un lugar que no les corresponde, no podrían existir” denunció Musso.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que por cada habitante se reserven un mínimo de 10 metros cuadrados de espacio verde público. En San Isidro solamente el 1.6% del espacio se destina para dicho fin y cada vecino cuenta con tan solo 2.5 metros cuadrados, cifra que parece ínfima si se lo compara con los 4 metros cuadrados que destina la Capital Federal. Solamente el espacio verde que posee el Hipódromo de San Isidro triplica el del terreno público. Estos porcentajes se acrecentarían sustancialmente si se recuperase, al menos, parte de ese 80% del Parque de la Ribera de 1982.
Para modernizar la costa se descargaron sobre ella camiones repletos de escombros y basura, cuyo destino debiera haber sido el CEAMSE. Se vertió tierra, cascote, basura, barro y residuos tóxicos. Se la enterró viva para aplanar el terreno con cemento, hacer estacionamientos para autos y plantar pasto o árboles que no pertenecen a la flora autóctona. El progreso y la modernidad le ganaron a la naturaleza una vez más.
Lo que no trajo la modernidad son los tan cómodos y novedosos baños o bebederos, que deslumbran por su ausencia, y que solo se dejan ver dentro de los locales comerciales. Si no hay comercios no hay donde hacer las necesidades físicas, o si los hay se encuentran clausurados por falta de mantenimiento como sucede en el terreno que se extiende frente a la estación Anchorena del Tren de la Costa.
Cada vez es más difícil que disfrute de la costa aquel que no habita una casa con un muelle al río en el patio trasero o que no pueda (o no quiera) abonar una cuota de un club o una consumición a un restaurante.
Del paisaje natural, de los bosques, selvas, prados, juncales, arroyos, lagunas, con cientos de flores silvestres y especies de aves, ya poco queda.

Propuesta de La Red de la Rivera Parque Público Natural de la Ribera – Recreativo y didáctico.





a) Fortalecer el Parque haciendo convenios con instituciones, para interesar y educar a la gente con folletos, carteles, conferencias, sobre la necesidad de cuidar la COSTA NATURAL ayudando a entenderla como ÚNICA.
b) Las instalaciones para comida y otros servicios deben estar en zonas cercanas ya urbanizadas. Evitar contaminación sonora y química, no autorizando parlantes ni procesos industriales. No hacer nuevas amarras.
c) Hacer senderos peatonales, patios y sanitarios cubriendo menos del 10 % del área. No hacer calles, ni estacionamientos dentro del parque.
d) Plantar sólo especies nativas, dejar crecer los juncos y la Ribera volverá a su resplandor originario. No hacer defensas costeras, la Ribera se desarrolló sin ellas por miles de años.
e) Impedir la entrada de tierra, hormigón armado, cascotes, basura que destruyen la flora y fauna, las que se mantienen por si mismas.
f) No parcelar el parque ni concesionarlo.
g) Lindante con el parque impedir la construcción de edificios en altura.

Nota publicada en la revista La Batuta.


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